¡AY. Hermano mío! Como pudieron atarte a la cruz
si tu Padre nunca te hubo abandonado
ni aún del Dante sus últimos peldaños y
te ha revivido en letras hasta Juana de Ibarbourou.
Te flagelaron las atrocides en una lavada indiferente de manos
en el afluente del agua caída en lágrimas dónde se enjugó Pilatos.
Si una ultima piedra no fue arrojada a la prostituta
fue por tu palabra de lengua ecléctica e indulta.
¡AY Hermano mío! Como amaste hasta al enemigo.
Las máculas bélicas del hombre te dolieron como espinas
clavadas en Pedro. Heredero del pan, intestino de amigo.
Si la navidad trascendiera tu nacimiento
y evocara la marca de tus estigmas,
no habrían de chocarse copas en brindis de efímero momento
ni pronunciar vanas conferencias sino palabras de lección dignas.
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- Autor: RICARDO ALVAREZ ( Offline)
- Publicado: 21 de octubre de 2012 a las 21:12
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 175
- Usuarios favoritos de este poema: Marellia
Comentarios3
Como duelen tus letras.
Saludos es un placer leer poesías como estas.
Mis respetos
gracias Marellia. a veces la relidad duele.saludos. ricardo
¡Maravillosas letras!Un cálido y respetuoso abrazo de mi parte!
te agradezco graba. un abrazo para vos. ricardo.
Bellisimo tu poema amigo
Ricardo Alvarez
toda una genialidad en tu pluma excelsa
saludos tu amiga x siempre
Esplendor.
te agradezco estimada amiga. mis saludos con cariño esplendor. ricardo
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