LLUEVE FUERA E EN MI CORAZÓN

El día esta ceniciento,  una lluvia que no se oye, pero que moja cai mansamente fuera. Del balcón veo los tejados brillantes e la gente con paraguas. Abrigada e confortable, en este naco de piso, no debo ni puedo quejarme. Puedo elegir si salgo oh no,

La nevera esta llena, la despensa también, no me duele nada, elijo lo que quiero hacer, Dar gracias por lo que tengo es lo único que debo hacer.

Pedir algo más, siempre pedimos, casi nunca estamos satisfechos, falta siempre algo, Cosas que deseamos, como un abrazo de alguien que no esta, una palabra, de alguien que  no nos habla. Oír al teléfono  “Buenos días, ¿como estás?, cosas sencillas, pero que hacen falta. Insignificancias que hacen la diferencia de ser o no ser feliz, Para el cuerpo, nada me falta, pero a mi corazón… desde comprensión, hasta un gesto de buena voluntad, sentir que por fin han comprendido que están intentando, quitar mi derecho de vivir.

Podemos decir “mi corazón es tuyo” “te quiero,”” no vivo sin ti” en verdad, no tenemos la certidumbre de nada, como  el tiempo, todo cambia, en nuestra verdad  sabemos  lo que sentimos. Pero en plenitud nunca tenemos todo. Como un puzle hay una pequeña pieza que no esta en su sitio. Para terminarlo, con paciencia e atención tenemos que cambiarlo. Muchas veces ni fuimos nosotros, pero mano ajena que ha puesto la pieza, ¡son tan iguales! Nos cabe con toda nuestra paciencia arreglarlo.

E aquí en mi cómodo rincón, vuelvo mi pensamiento, para los que incomodos tienen el cuerpo húmedo por la lluvia, andan en el mercado intentando comprar bienes esenciales, con el poco dinero que tienen, ¡como les gustaría poder comprar una golosina para su hijo! ¡Un abrigo más caliente a su marido, que sale bajo el frio de la madrugada a coger el autobús para ir a trabajar! E miles en colas buscando empleo, zapatos viejos aun de verano, pantalones gastos, mujeres en la fuerza de la vida sin poder hacer algo que le de un poco de dinero. Día gris, no hay sol para calentar el intimo, parece que el cielo se ha cubierto, para que desde arriba no puedan ver este arrastrar de pies cansados en una busca exhaustiva de  trabajo, para poder ser un poco mas que algo olvidado, sin derecho a nada a no ser sufrir.

Mi  pensamiento vuela e piensa en los que con ojos rojos de llanto, pasan delante del edificio donde tenían su piso e que lo han quitado. Ni consigo imaginar la desesperación  que  están pasando.

Por todo esto e muchas cosas más tengo que agradecer lo que tengo, con las manos juntas e mirando para allá de las nubes e decir GRACIAS.

Por veces, bajar a la tierra de los mortales, hace bien, lo necesitamos, salir de nuestro mundo, dejar nuestra alma mirar lo que pasa alrededor e sufrir un poco por los demás, no siempre por nosotros.

Día triste, ceniciento mojado por esta lluvia que no se ve, pero que moja,  seamos honestos e  verdaderos. Somos privilegiados por poder elegir lo que haremos  sin mojarnos ni con avidez mirar los escaparates sin poder comprar ni una golosina.

Que cambie el mundo, que todos puedan vivir por lo menos con dignidad e con el mínimo a que todo el ser humano tiene derecho. Lo deseo con todas mis fuerzas.

Oporto, 26 de Octubre de 2012

Carminha Nieves