Miro al ayer y reconozco
una virgen violada
que pare hijos hambrientos.
De sus pechos se derrama
el sustento de la prole.
Llora de dolor y vergüenza
por estigmas infligidos.
Bribones insaciables
exprimen sus arterias todas.
Mezcla de leche y sangre
el soporte enardecido
es la ofrenda ante su cruz.
Abre los brazos la virgen,
eleva al cielo los ojos,
y ruega en triste clamor:
dime, Señor, hasta cuándo
mi cuerpo será saqueado
mis pueblos desheredados,
mi futuro desolador.
El silencio y la inercia
la dejan despavorida.
Cierra los puños crispados,
afirma al suelo sus plantas,
vigoriza la dulce voz,
acalla el gris lamento.
Se detiene el tiempo en el tiempo.
mira a su alrededor,
ordena: ¡De pie! a sus hombres,
señala hacia la luz,
donde yace la virtud
de la inconforme existencia.
Levántense descendientes
de esta virgen renovada
que América está esperando
por los hijos que ha parido.
- Autor: angelab ( Offline)
- Publicado: 28 de octubre de 2009 a las 10:55
- Comentario del autor sobre el poema: Por esa madre habrá que entregar hasta la sangre si es preciso.
- Categoría: Sociopolítico
- Lecturas: 55
Comentarios4
Muy triste, pero lamentablemente es verdad
Saludos
Cuánta fuerza por el dolor regado con sangre...
Indignación, decisión y mucho corazón exhala tu poema.
Felicitaciones poeta
Terriblemente bella tu poesía.
Es poema, es canto, es ruego, es...
Besos
Su
Buen poema, y que no espere América mucho más, que ya es bastante. Saludos.
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