El horizonte con paciente suavidad mana,
La luz del alba que nace por la mañana
Clásica de abril,
Después de soñar en una noche de luna,
Contempló la mañana, esta era como ninguna,
Sintió revivir,
Estaba un girasol con su cara de ensueño,
Luego de haber despertado de su dulce sueño
Mágico, por fin
Sentíase nuevo, contento e ilusionado,
Tantas penas casi lo habían marchitado,
Iba ya a morir,
Pero aquel día, una silueta celestial
Fue ese dulce amanecer con su luz inmortal
Para aquella flor,
Los mágicos rayos trajeron una nueva era,
Hecha de fragancias y sueños la primavera,
Y rayos de sol,
Y se lleno su alma de humildes ambiciones,
De grandiosos sueños, de bellas ilusiones
En su corazón,
Lindo lucia, cundo la luz del medio día,
Llego triunfante con un aire de alegría,
El sol al cenit,
Y luego de haberle dado su cálido abrazo,
Un arrebol despidió al sol con el ocaso,
Allá en el confín.
Pasada la dulzura de aquel mágico día,
Esa flor espera ansiosa y con alegría
El nuevo porvenir.
- Autor: alex (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de octubre de 2009 a las 17:11
- Categoría: Fantástico
- Lecturas: 240
Comentarios1
QUE HERMOSO ES LINDO BESOS
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.