A Gritos En El Silencio

A Gritos en el Silencio

Cayó la oscura noche con su velo desgarrador.

Mientras en los escombros de una torcida sociedad.

Rujen inminentes los gritos de los desprotegidos.

Nadie los escucha, solo sus compañeros de tragedia.

Por una ventana una luz muy tenue inunda sus rostros.

Ven a través de ella la oportunidad que jamás lo dejaran tener;

De entre sus recuerdos emana la tristeza y la soledad.

Abatidos por la vida, sin tener idea del porque;

Sus sueños desvanecidos por su miseria.

Mientras el mundo los ve como adornos de las sombrías calles.

En sus rostros se refleja la crueldad de una vacía humanidad;

Pero defensora si de los absurdos derechos democráticos.

 Anhelan escuchar tan solo una palabra de aliento.

Han abandonado toda esperanza de seguir viviendo.

Inclinan su rostro al cielo a ver la luna;

Único símbolo que nadie les ha podido robar.

Pues todo por lo que levantan sus manos, piensan está perdido.

El gran devorador ya todo se los ha destruido.

Y lo poco que quedo pronto en su codiciosa panza estará.

Sus gritos se pierden entre el eco de su tristeza;

Solo ese silencio ensordecedor y opresor los cubre ya.

Así alimenta la “gran sociedad” al devorador.

Con los desvalidos y de mente atrofiada al verse no prosperar.

Hasta que su necesidad y valentía los haga levantarse.

Como una ola gigantesca del mar, arrasando con sus opresores;

Pues sus lágrimas no humedecerán más ese suelo árido bajo sus pies.