Desprevenidamente me encontraste caminando indiferente por las calles de mi ciudad, sin ganas de buscar consuelo. Llegué a sentirme indolente, como si al corazón se le olvidara la melodía que cantaba. Bastó el minuto oportuno en que tus ojos encontraron los mios para que aflore una sonrisa pertinente. Bastó un saludo para cortarme la respiración y me falte el aliento. Bastó un pequeño roce para sentir una vibración conveniente en todo mi ser, congelandome los pensamientos y provocando un nudo en la garganta, donde se encuentra capturada la voz que grita libertad. La histéria me come por dentro y no puedo explicar lo que siento. Desataré la atadura que encarcela la voz escondida tras mi silencio, asi muera en el intento. Podría entonces romper a gritos el cielo para que comprendas que no habrán palabras precisas en el diccionario que definan fielmente lo que pasa en mi interior. No es la primera vez que tu presencia causa esta sensación; ahora mi dilema es si sientes lo mismo con discreción.
- Autor: Carol Marlene (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de octubre de 2009 a las 03:24
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 69
Comentarios3
¨Desataré la atadura que encarcela la voz escondida tras mi silencio, asi muera en el intento¨...
Bellos versos Carol...
bello amiga besos chauchau adios
muy bello felicidades
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