Bella durmiente ♥

La noche se enciende, y con ella la oscuridad asciende, respirar hondo y soñar en un paraíso es mucho mejor que encerrarse en la soledad.

Una pradera de la nada aparece, cubierto de flores amarillas y detrás de ellas la luna incandescente. La oscuridad del otro lado del lugar, esperando desencadenar una guerra.

Lo helado de su corazón comienza a jugar con el temor, y la fría soledad solo sonríe.

¿Que mas da? Todo terminó, pero algo nuevo comienza. 

No esperar a nadie. Sencillo y claro. No esperar nada de nadie. 

Su paciencia se nubla, y sus ojos quedan cegados, todo se detuvo pero el tiempo no para. Distingue la felicidad, pero no se encamina hasta su mirada. 

Un llando desbordado inunda su alma. Y sueños desolados lamentan haber fallado. 

Quizá todo eso trae consigo recompensa, pero ahora, estancado todo, sigue presa en una alucinación profunda.

¿Que mas da? No esperar a nadie. Sencillo y claro. No esperar a nadie. 

Tal vez cantos de las aves la despierten, o el rojo amanecer del sol, probablemente una brisa fresca por la mañana o el sonido cálido del rocio en los pétalos. 

No espera, así es mejor.

Danzando y cantando se encuentran sus penas, ella solo sonríe. Acaso, ¿Alguna otra salida existe? No se quejan, ni se lamentan, contentas están. 

Si bien, dice que todo pasa por algo, sin saber cual es su fin, ni su objetivo. Lo que tuvo que pasar, pasó. Lo que tiene que pasar, pasará. 

Los dulces cánticos de las sirenas la incitan a escabullirse hasta el fondo del mar, tal vez necesita eso. Escurrirse ahí, y perderlo así...

Entre hojas destrozadas yace su corazón, no llora, no siente, no escucha. No quiere cometer otro error. Se queda sentado sobre un suave sillón. 

Solo observa el vacío sin contemplar, ni asombrar, solo observa hacia ahí, sin siquiera pestañear. Sola y desolada, no siente nada. 

Quizá sea temporal, no lo sabe. 

Los dulces cánticos de las sirenas la incitan a escabullirse hasta el fondo del mar, tal vez necesita eso, escabullirse ahí, y perderlo así.