Allá devenía la ciudad que tú mataste por silencio, por muerte.
Embate adjunto viñedos húmedos y morados brotes.
Sabor a tierra, a humo…
Y llevaba tu nombre, de penitencia,
nombre de siete días,
de lujuria sin clemencia.
Estigmatizada en la virginidad del cobarde,
De esos lazos con el que se suicidan las heridas
Que buscan cazar por la tarde.
Como la lluvia, como tu nombre a medida de nos cubre tu cepelio que tanto arde.
-¡Has que sufra un día menos y vete de aquí!
-No me llores que no te lloraré-se murmuró decir.
Sobre ti mi vida terminaré por cegar la mía,
Siete días, seis,
Me entregué a la furia del virtuoso sideral de tus besos y tú ser,
Llegué a sembrar el matorral que tu sangre y la mía nos trisaron cual mortales,
La hojarasca de tu temple,
Mi dolor ante la muerte,
los versos de mi querete...
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Autor:
Alfredo Franz Schubert (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 12 de noviembre de 2012 a las 22:03
- Comentario del autor sobre el poema: Uno de los tantos versos escritos... disfrútenlo
- Categoría: Triste
- Lecturas: 109
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