La misma calle que un día te trajera
Por caminos de plata, enhebrados por la luna
Y con luceros de oro engrapados a tu vera…
¡El cielo eras tú, porque siempre eras más bella!
Esa misma calle, de mí, ahora te aleja…
Te vas dejando en mis oídos el canto de sirena…
Embriagadoras caricias en el viento y en el agua
Amodorrados mis sentidos, plácidos de amor.
Y te vas llevando atada a tu cintura
Toda la música que mi corazón guardaba…
Cuando la lira no acaricia aun su mejor melodía
Y las cuerdas tañen quebrantadas notas…
No quiero ni pensar en la oquedad que dejas
En el alma desgasta de un amante peregrino
Ni siquiera en los rescoldos que avivaron sus colores
Cuando dulce tus labios dijeran… ¡amorsh!
Te vas perdiendo en la mañana, lucero de mi vida
A lo lejos el sol, ahora brilla más que tu sonrisa
Y este albor de la mañana contraría mi alma herida
Sumida en el espectro de una innoble despedida.
Delalma
12/11/2012 11:08 a.m.
- Autor: Delalma (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de noviembre de 2012 a las 01:51
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 54
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, adriana dellanira
Comentarios3
Un genial preciado y hermoso poema amigo Delalma
Grata lectura tus versos
Saludos de sincera amistad y afecto
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
hermoso tu poema, espero un día llegar a escribir de esa forma tan maravillosa.
un gran beso y un abrazo
Excelente poema amigo.... muy grato volver a leerte.....
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