VAGABUNDOS(mendiga del cuerpo,mendigo del alma)

valentino arrabal

Aprendí a decir sí a la incertidumbre

a respetar cada vez menos a mi cordura

a transitar cada vez más por el vacio de tu mirada

esa mirada que encuentro en ti

cada vez que me ves regresar,

y si te preguntas donde quedaron esos momentos

esos en que tú creías ganar

y yo

que trataba de transar con mi orgullo

cuando estaba ante ti

queriendo de algún modo

sentir tu sinceridad en la mirada,

pero aprendí a marcharme sin disimulo

a entregarme por entero a una pasión desordenada

a un correr por la vida

como un perro sin dueño

que  va detrás de ese hueso llamado mujer

que no puede encontrar en su hogar,

ese mismo perro que te hace mujer

cada mes de luna llena

cuando toda tu alcoba

retumba en aullidos irrefrenables,

ese soy yo

el que una vez conociste

en aquella puerta de la iglesia en la cual mendigabas

mientras que yo

salía corriendo diciéndote a gritos

que Dios nunca estuvo aquí

que la vida empieza donde Dios no esta

que la soledad del corazón no es pecado

sino un camino de liberación

que era correcto lo que hacías,

y en ese momento nos miramos a los ojos con sinceridad

y salimos de allí

para probarnos humanamente en lo que somos

y en lo que podamos dejar de ser

con ese fin de verificar en lo que creíamos,

entonces  conjugamos nuestras buenas intenciones

y cogimos lo poco o nada que teníamos

tú, con los andrajos de tu cuerpo

y yo, con los andrajos de mi alma;

 y desde ese momento hasta hoy

nos necesitamos mutuamente

como dos animales buscando su hogar,

pero yo sé que tu alcoba no puede estar vacía

que deambulas por allí buscando sexo

cuando yo estoy lejos de ti,

que  sé que puedes estar con otro

mientras que yo a la distancia piense en ti

cuando le haga el amor a otra mujer,

y luego me preguntaras

si esto es amor de verdad

y la verdad…

es que no lo sé

sólo somos lo que pretendemos creer

pero una cosa es cierta entre los dos:

que nadie es propiedad privada de nadie

y eso creo que tú bien lo sabes,

por eso

tú eres la mendiga del cuerpo

y yo, el mendigo del alma

y este es el camino que elegimos los dos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  • Autor: valentino arrabal (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 15 de noviembre de 2012 a las 13:18
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 69
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.