Ella y Él

Ella siempre espero encontrar un amor que fiel y verdadero, que no jugará con sus sentimientos, un amor puro como el agua cristalina pero tan fuerte como los diamantes.

Él, fuerte como la roca, y tierno como el algodón, con una marca de vida asombrosa, capaz de tocar el cielo con sus manos. Buscando todo el tiempo el rumbo de su vida, buscando un sentido de sobrevivir.

Ella frágil por fuera con un corazón ardiente como el fuego, tomando las riendas de su vida nuevamente, buscando ser un botón que por fin florezca.

Él, creyendo encontrar la dulzura de un nuevo amor se adentro al mar de lo desconocido, tocando tierras lejanas, indagando en su destino.

Ella, dulce mariposilla, ingenua de su subsistencia  respirando artificialmente un amor prohibido, un amor que navegaba en el mar de los imposibles.

Él, príncipe azul de los cuentos, que con amor y dulzura la abrazaba,

jamás estuvo tan seguro de lo que sentía, se sentía afortunado de haber encontrado al fin, la belleza que le faltaba a la vida.

Ella, creyó las palabras y con cada caricia se sentía completa, era él, ese amor tan real, era su diamante de amor, se refugió en el abrigo del destino que le sonreía otra vez.

Él, hacía de los momentos de ella los más especiales, era tan fuerte el amor que se tenían que daban todo por verse otra vez, le bastaba su sonrisa y nunca se cansaba de ver sus mejillas rosadas, admiraba su vivacidad y con palabras de algodón susurraba al oído poesías de amor.

Ella, guardaba en su corazón los momentos que junto a él vivía, momentos de magia que nunca quería que terminaran, ella no le veía final alguno; y él prometió jamás verlo tampoco. Ella era feliz como nunca lo había sido y conto sus secretos a él, confiando que jamás serían revelados.

Él conoció su corazón por completo y vio el dolor que un día sufrió, mas con apego juro proteger por siempre a su amor.

Y su amor crecía día con día, y adornaba su cabellera con flores de papel. Él era feliz y ella también. Un dulce romance que nació de las cenizas de los dos.

Ella encontró de nuevo un sentido, un sueño, el por siempre juntos, vio de nuevo el arcoíris que adornaba su cielo. Oyó la melodía de su corazón, y juro amarlo siempre, escucho lo que en él hacía ya tanto tiempo no se escuchaba, los latidos de su corazón…