Muerto, que feliz sería.

Y si hoy muriera
que feliz seria
pues mis ojos no verían
ese rostro hermoso
que atormenta la vida mía.

En la oscura hambruna
del silencio tus palabras
a mis oídos no llegarían,
en el mar de la serenidad
mi alma navegaría,
en un ataúd frió y oscuro
mi cuerpo finalmente descansaría.

Ya no habría más recuerdos,
ya no habría más sentimientos
pues la muerte se los llevaría,
danzando con ella
lejos de tu presencia
feliz mente estaría,
un brindis en tu honor
con mi sangre daría,
salud a tus recuerdos
que se perderán
con la existencia mía.

F Cervantes