Cada vez que tu amor,ofreces
tiemblo de temor profundo,
al sentir ya, que éste mundo
la voz del pueblo enmudece.
Vas cabalgando siempre sola
sin importarte que te señalen,
tu ánimo se fortalece,
teniendo al mundo como una escuela,
dando amor al que te ama
y dejar en cada amor, una estrella.
En cada amanecer una caricia,
dada por diferentes labios,
de estar juntos, suplicas
y tener hijos, hijos sabios.
lejos del desamor y la mentira,
para que en sus vidas haya futuro,
y mujer de bien ya convertida;
dando vida y porvenir seguro:
dar gracias a Dios por sus vidas,
lejos del mal y del perjuro.
Por: Manuel Palacios
- Autor: Manuel Palacios (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de noviembre de 2012 a las 20:30
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 210
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