Mi pelo se mezcla con el olor de las semanas que quedan en minutos reducidas a segundos,
mi sed se puede leer en mis labios que han enmudecido de hambre,
mi lugar se está haciendo cada vez más ajeno,
mi hambre, la tengo, ¡tan grande!!!
mi niñez se hace cada vez más pequeña y mi enfermedad se yergue culpable de esto
mi dolor se hace imperecedero...
Muero de sed y de hambre,
sin embargo comienzo a vivir en la eternidad;
la vida y el camino se pulen reconsiderando el cielo,
lograr escapar es tan sencillo,
tanto que la piedad se acaba,
tanto que parece imposible,
tanto que el día se hace oscuro sin lograr hacer algo
tanto que el dolor se hace así mismo.
El tiempo es incapaz de aliviar mis pasivas heridas,
el reloj se pasa mintiendo desde hace ya muchos días,
el movimiento de mis palabras me hace vivir de esta forma un poco más,
decir “está bien” no es suficiente,
pero mis necesidades se comportan de acuerdo
a la dimensión que escogí en la transición...
- Autor: centinelagris (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de noviembre de 2012 a las 10:10
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 28
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Bello y genial poema amigo Centinelagris
Un grato placer leer tus bellos versos
Saludos de sincera amistad y afecto
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.