Estabas en mi

Como queriendo que me miraras me acerque a ti, estabas tan desolador como siempre, supuse que mi compañía haría brotar en ti más de una sonrisa, pero tu no me mirabas parecía que no estabas ahí, tu mente divago unos minutos antes de que me miraras y dijeras – Lo siento debo irme- te marchaste antes de que pudiera articular una palabra; me quede sentada en la banca del parque en el que estábamos, te mire irte lejos de mí sin saber si debía o no retenerte. El fresco aire de primavera y el ligero baile de las flores me incitaban a seguirte pero resistí la tentación y opte por dejarte ir.

Eras mi amigo, pero tal vez mis ojos querían verte de manera diferente, no lo supe en ese momento, solo sabia que quería tenerte cerca y verte sonreír aunque fuese una sola vez.  No me importaba lo que sucediera yo siempre estaría a tu lado.

Poco a poco me mostraste tu verdadero ser, tus miedos e incluso tus secretos más penosos, pero no lograba encontrar esa sonrisa. Paseamos varias veces estando minutos que parecían horas callados, haciéndonos compañía en cuerpo pero no en pensamiento. Mirándote siempre me preguntaba cosas como - ¿Qué estará pensando?, ¿Será feliz?-  pero solo el silencio me respondía.

Día tras día fuiste siendo para mí el amigo más preciado en mi vida, tu manera de ser podía ser tachada como rara y a la vez molesta, pero no para mí, para mí era algo más, tu seriedad, tu silencio, tu mirada perdida; eras para mí la más frágil de las criaturas y yo quien debería protegerte.

Pasamos momentos que juro jamás olvidare, mi semblante alegre y mi boca que no dejaba de hablar, supuse que serían de ayuda para sanar ese corazón. Llegó el momento que más esperaba y me contaste la razón de tu manera de ser, tan callado y alejado del mundo, jamás estarías solo, jamás a mi lado sentirías soledad. Me sorprendí cuando me pediste ayuda, querías ser como yo, alegre y siempre decir las cosas que sentías, vaya sorpresa yo en ese momento ya no supe que hacer.

Es decir que fuera como yo, no me parecía muy buena idea. Tú te forjarías solo, yo solo te acompañaría en el extenso camino.

Y ahora somos felices siendo tal y como somos, dejando el pasado atrás y forjando el futuro. Pensando que jamás cambiaríamos a menos que lo deseáramos y sabiendo que fuese como fuese el destino este sería aún incierto…