El Señor Común se alista porque es domingo.
Enrolado recién en un ejército de mutilados.
Se arma con una sonrisa y un plan divertido.
Uno más, que es dos, entre los padres separados.
El Señor Común convalece de los estragos del rencor.
La herida fue grave, hasta el arrepentimiento y la flagelación.
Coge dinero que ganó con alguna restricción
y sale. Un hijo no puede ser el resultado de un error.
- Autor: Mario Santiago ( Offline)
- Publicado: 26 de noviembre de 2012 a las 16:28
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 84
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Genialmente bello tu poema
Placentera la lectura de tus versos
Saludos y amistad
Gracias, usted como siempre tan generoso con mis versos.
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