ODIO EL OTOÑO

ODIO EL OTOÑO

 

 

Odio el otoño, me muestra la triste realidad, me recuerda a aquel día aun inaceptable de tu partida. Conociendo mis sentimientos y mi alma gris puedo asegurar que nunca podría aceptarlo. Muestra la figura cruel de un escenario gris y lúgubre, donde los sentimientos se pierden en el frio pavimento de una ciudad desierta y sin color.

 

Odio el otoño, porque asemeja la tristeza que hay en mi alma, y muestra los tristes recuerdos de un ayer vago y borroso, un pasado que solo se lee con letras escritas con la sangre del dolor. Se encarga de dar mas frio a mi ser, y mas insipidez a mis lagrimas

 

Odio el otoño, lo odio porque su brisa deja helando la herida donde se desprendió la otra parte de mi alma, porque esa misma brisa helada mojaba mis mejillas el día de tu sepelio, mientras las ramas secas de los arboles del cementerio crujían al compas del viento, y sus hojas secas y muertas caían alrededor del pozo que tragaría tu persona por toda la eternidad.

 

Odio el otoño, es solo un recuerdo vivo de mi soledad, porque me muestra que mi pasado pudo ser lleno de primaveras y veranos donde las risas iluminaban el cielo azul, pero el ahora, mi presente, es solo oscuro, gris y adormecedor. Porque solo vengo a ver como el mármol y las flores que puse apenas hace unos meses parecen dejar huella solo en el viento por unos días, y mueren en el eterno recuerdo de una partida como la tuya.

 

Odio el otoño, no solo por lo que ahora expreso frente a tu sepulcro, sino porque desde que te fuiste y me dejaste podrirme en esta vida nauseabunda, sin tu compañía, el sol para mi dejo de salir y solo han existido los días grises, porque desde que te marchaste solo veo días nublados y de bajas temperaturas, porque desde que moriste solo soy un fantasma entre los vivos, esperando mi turno para acompañarte en esta lapida, donde nuestros nombres se juntaran de nuevo una vez mas y para siempre. Esperando la hora que el destino, que el maldito destino tenga contemplada para mi para poder ir a tu lado al fin, quise alcanzarte, quise llegar a ti mucho antes de lo que el destino decidiera, y no fue posible, tal vez, algún ser maligno este cuidando mis días y me mantiene vivo solo por diversión para verme como grito tu nombre y lloro sangre tratando de mitigar este dolor, para poder seguir siendo su títere y seguir carcajeándose a mis costillas, viendo como lloro todos los malditos días tu partida.

 

No hay cartucho que haga explosión, no hay cuchillo que corte mis venas ni soga que soporte mis peso, ni coche que rompa mis huesos, lo he intentado todo, incluso he intentado ahogarme en agua y en licor y despierto después en mi cama, en un otoño que se repite día con día, en un día que no termina, en una pesadilla que apenas tiene sus inicios en mi desdicha, en un infierno que no tiene calor.

 

Odio el otoño porque se repite en cada segundo desde que te fuiste, en cada paso que doy solo avanzo y llego a una locación igual de oscura y gris, a un lugar frio y húmedo, donde mis labios se parten, mi rostro duele, y mi corazón se hace pedazos. Hoy, que te he traído estas rosas, me pregunto porque me moleste en comprarlas, ¿Qué caso tiene comprarte flores que no podrás oler jamás?, ¿Qué caso tiene poner algo que no puede expresarte mi amor por ti?, solo es una mera amenaza a la vida misma, ya que ellas, las rosas, también morirán y se secaran como el resto de ellas que te he puesto al paso de los años. Los años, los años, los malditos años en tu ausencia, en este otoño eterno que no puedo superar, en esta espera a que la muerte se apiade de mi persona y por fin nos reúna. El suicidio no solo me ha fallado, me hace pensar que viviré eternamente, me hace pensar que no podre morir, ¿y que peor castigo divino o diabólico podría ser que una vida eterna sin ti? Las balas no explotan y si explotan no muero, las sogas se revientan y si no lo hacen paso horas sin respirar, los coches no me hacen daño, he destrozado coche enteros, hasta he intentado lanzarme de aquel acantilado donde juntos solíamos contemplar la luna hasta el amanecer, y aunque son 40 metros al abismo, caigo y me vuelvo a levantar.

 

Por eso, por eso odio el otoño, porque siempre ha sido así desde que moriste, desde que te marchaste, desde que tu alma se alejó de la mía, desde que mi cuerpo dejo de morir físicamente y mi alma comenzó a agonizar, odio el maldito otoño porque nunca termina, porque nunca terminara y estoy cansado de esto. Lo odio porque no sé que hacer, lo odio porque tu no estas a mi lado para llevarme a una nueva primavera, porque no me guías mas como antes los hacías, porque sin ti quede varado en este mundo gris lleno de soledad y desdicha.

 

Odio el otoño, porque después de partir, después de desprender estas flores de mis manos solo quedara el recuerdo de mis pasos sobre el cementerio hasta mi siguiente visita, porque solo quedara tu nombre en esta lapida y mi alma en el aire helado y húmedo, porque solo las nube podrán ser testigos de mi partida y mis lagrimas.

 

Odio el otoño porque te arrebato de mi lado y jamás se marcho de nuevo.

 

 

 

 

 ^Scorpion_05