Dentro del pecho llueve arder subido,
arder que aviva la llama enardecida.
El yelo esquiva ansiosa el alma hervida,
que estallar quiere en tálamo florido.
El arder con el yelo no es vivido,
no quiere tal vivencia malherida.
La llama viva quiere enfebrecida,
y sea brasa: fuego cuán ardido.
Asciende ardiente llama, yo la abrigo.
Me adentro en mí, lo noto en su ardimiento,
cobro vigor sin yelo, mi enemigo.
Pregunto cuál será el encendimiento.
No sé decirlo, pero lo presiento
colado por la luz de mi postigo.
-salvador desde Ubeda-
- Autor: salgomanzano ( Offline)
- Publicado: 30 de noviembre de 2012 a las 07:14
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 46
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, alicia perez hernandez, ADOLFO CESAR MARCELLO
Comentarios2
Hermoso y preciado soneto amigo Salgomanzano
Preciada lectura tus versos
Saludos y abrazos de amistad
Críspulo Cortés Cortés
gracias con este abrazo por tu enorme elogio salvador desde Ubeda
Llamas de abrigo y de contento
al leer tu magistral soneto
una llama que nunca se apaga
desde tu interior llamea el sentir de tu alma
eres un amor besos
y tú eres un encanto amoroso en tus palabras que las beso como te beso a ti desde Ubeda salvador
besos de este sentir ardoroso de amor por ti cielo!!
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