La marcha lenta a través,
de aquél estrecho camino,
recordando.
La vista en desinterés,
el Crepúsculo ya vino,
ya bajando.
Suprime toda materia,
sólo el último espirar,
va dejando,
Y el alma vacía y seria,
sin ojos para mirar,
meditando.
Claro silencio y el viento,
acariciando las flores,
crisantemos.
Confuso, raro momento,
qué sustancia sin dolores,
estaremos.
Amplio y exiguo el pasado,
efímero y perdurable,
observando.
Y el espíritu callado,
en pena inconmensurable,
sollozando.
Sólo ente mudo, intangible,
sin prisión mundana al viento,
rememora.
El exiguo imperceptible,
el efímero momento,
ya no mora.
Raudamente a sucedido,
de ser a sin existencia,
separado.
Cuanto de valor perdido,
valor de sin pertenencia,
el prestado.
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- Autor: luis_lenes (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de diciembre de 2012 a las 20:39
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 90
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Genial hermoso y bellos poema
Muy agradable la lectura de tus versos
Saludos y amistad
Críspulo Cortés Cortés
Hola Críspulo.
Muchas gracias, amigo.
Un gran abrazo.
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