Ven ángel, aunque mi amor sea pecado
Dicen que cuando un ángel llora
Sus mágicas lágrimas fertilizan piedras,
Para que nazca una flor en donde moran
Porque su sindicado ha rayado en hiedra.
Cuentan que cuando un ángel ríe
Su dulzura hace las rocas diamantes,
Pues lo bueno de uno hace que confíen
La fe que estriban en sus protegidos amantes.
Cuando tienes un ángel de la guarda
Te mortajas bien es su grato manto
Y de los accidentes y cosas malas te salvan
Y con ímpetu y esmero te protegen tanto.
Veo que cuando el ángel te abandona,
Por uno de esos errores poco lícitos
La burbuja de protección ya no sazonan
Y a la intemperie dejan tu cuerpo explicito.
Y tenuemente voltean su vista y rostro
Dolidos por la tanta marea mala
Y por las obras que realiza un tonto
Y que ni porque quiera viene y lo sanan.
Aseguro que é extraviado el privilegio
Que mi ángel circulara por mis venas
Y el escudo de su confiable sortilegio,
Y entrégueme yo a mis notables penas.
Y es la contienda contra el cuadro santo
El cumplir a cabalidad lo que el exige.
Pues contra viento y torrente el llanto
Lo produce el pecado que me sigue.
Mi jolgorio y felicidad están en juego
Por el vil error que hay en mi mente;
Si al final es quemado con el fuego
O atacado por la mendiga serpiente.
Pero llenar el requisito que el pide,
Teniendo imperfección de otros culpables,
El pecado que cometa, igual mide
A la marca que me mata con el sable.
Yo doy guerra y lucho contra el viento
Pero es difícil no arrástrame por su fuerza,
Seguir en lid, equivale a que miento
A mí mismo o al juez que está en la mesa.
Al ángel se que lo he decepcionado
Porque en sus alas lleva mi sustancia,
Esa, esa que salió del gran pecado,
Pero que me da felicidad y no nostalgia.
No entiendo porque a mi gran puerta
Ha llamado a visita del desdén,
Es la verdad que tengo bien cubierta
Aunque al final no me haga tanto bien.
Y estar en protección del ala santa
Es cumplir cabal con el decreto,
“pero es engañarlo a él con fuerza tanta
O engañarme a mí mismo en el secreto”.
Yo se que el ángel que me cuida
Ha vaciado el rio de sus ojos,
Pues es obedecer, vivir triste en mentira,
O vivir feliz, y causarle los despojos.
Cuanto quisiera que tus ojos me miraran
Que tu vuelvas tu rostro hacia el mío,
Que en tus brazos mi alma descansara
Pues de tu amor, la seguridad confió.
Con tus manos enmienda la manzana
Que é mordido al errar y al faltar,
Purifícame ante la divina sotana
Sin perder el privilegio de vivir al amar.
Voltea hoy tu rostro hacia mi esfera
Y ve que no es justo de tu parte,
Pues el diluvio el fuerte y no espera,
E infeliz solo el pensar cambiarme.
Regresa a protegerme de mi mismo
A librarme de mis malas decisiones,
Ya que bien lo que yo amo y estimo
Causa las malditas destrucciones.
- Autor: San Jose Allan Noriega (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de diciembre de 2012 a las 14:44
- Comentario del autor sobre el poema: De mi coleccion: CUANDO AMAR ES PECADO
- Categoría: Amor
- Lecturas: 117
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Bello y hermoso poema de amor amigo José Allan Noriega
Encantado de leer tus bellos versos
Saludos y amistad
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