CON LA REALIDAD EN LA CARA

CON LA REALIDAD EN LA CARA

         En verdad es horrible cuando la realidad te despierta con un fuerte puñetazo en la cara, pero más horrible es negarse a abrir los ojos. Sabiendo que el sueño ha terminado y aun así nos aferramos a seguir queriendo estar dormidos, en ese estado de sonambulismo donde a nada se llega, solo a perder nuestro espíritu de lucha, desgastado en cada intento por seguir soñando.

        No conozco a una sola persona capaz de permanecer en el estado del sueño cuando al realidad solo muestra desdicha y dolor, cuando la paciencia no apremia y lo único en el plato es la desilusión, el completo rechazo a la creencia de que el sueño ha terminado. No aceptamos, no permitimos, no queremos. Pero, ¿Cuál es la esencia de esta manera de aferrarnos a lo que ya no es posible rescatar?, ¿Qué es lo que nos motiva a aferrarnos a un pedazo de realidad que no volverá?, que nuestros ojos una vez abiertos y con la realidad frente a nosotros queremos rescatar algo y traer el sueño a la vida.

        Alguna vez escuche a alguien decir que los sueños se hacen realidad, nunca entenderé su significado. He hecho realidad mis anhelos y algunos de mis deseos, pero solo he tenido un sueño, el cual no he podido hacerlo real, y como prueba los recientes eventos, estoy convencido de que es imposible hacerlo realidad. La botella de tequila vacía, la música inaudible, los ojos brillosos por las lagrimas que niego a derramar son solo parte de las pruebas que tengo en mano para poder decir con total claridad y exactitud que ¡los sueños no se hacen realidad!, al menos no para mi, puesto que solo uno he tenido por muchos años, y duermo y despierto una y otra vez tratando de realizarlo, y he fallado en cada uno de los intentos, he probado de todo, incluso he madurado en todo este proceso, pero sin importar de cuan grande sea mi esfuerzo, es inútil, al abrir los ojos lo único que tengo frente a mi es lo helado de un hielo vacío, bueno, no vacío, de un hielo lleno de realidad que a su antojo maneja mis pensamientos y sacude mis heridas, que a voluntad cambia mis escenarios y proyecta a viva luz lo inútil de cada intento por seguir soñando, por soñar despierto.

        Tal vez tenga poco sentido, incluso quizá, poco significado tengan estas palabras, pero si alguien mas comparte un sentimiento similar, o una experiencia donde el techo cada vez esta mas cerca de su cabeza, donde las paredes cada vez se reducen dejando poco espacio para moverse, donde por mas que intente, luche y sacrifique, o incluso derrame sangre no logra llegar a ningún lado y poco a poco apaga sus ilusiones de un sueño vívido, donde la realidad interactúe con él formando castillos de ilusiones pero alimentados y sostenidos en una realidad amorosa. Difícil es creer que no haya otra persona en el mundo que no sienta o entienda mis palabras.

        La botella vacía solo hace similitud con mis expectativas de triunfar en cualquier otro intento por hace realidad ese sueño tan cercano a veces de obtener, pero siempre tan lejos de conseguir, como ver detrás de un aparador una hermosa joya llena de diamantes que se desea ganar. No conseguir, no obtener por deseo, sino, ganar, pagar en sangre, lágrimas, sudor y entrega total por ella. Tenerla justo detrás de un vidrio impenetrable, e inaccesible, esta cerca, esta solo a un paso de distancia pero al mismo tiempo esta muy lejos, prácticamente inalcanzable.

        No hay mas que la renuncia, y hacernos amigos del café, que es el único remedio para mantenernos despiertos y dejar de soñar, al menos en lo que el debilucho cuerpo deje de resistirse volver a caer en el profundo sueño que seguramente terminara como hoy, como antes, como siembre ha sido, con la realidad en la cara y de golpe. Dando paso a nuevos llantos, a nuevos lamentos, a nuevos sentimientos donde la impotencia se hace presente dejando por los suelos los animo de querer seguir luchando por obtener ese sueño, atraparlo, ganarlo y traerlo a una realidad desgraciada que solo se mofa de nosotros. Que solo hace sentir el dolor de las heridas, de las llagas con el hueso casi expuesto arder como si con un hierro caliente las penetraran.

        Una vez mas es de madrugada, una vez mas estoy aquí sentado, sufriendo, lamentándome, llorando en silencio y evitando al máximo derramar esa lagrima, y mi llanto es solo un suspiro, un gemido de dolor que no puedo acallar con la ironía de la realidad, que no puedo controlar o disminuir aun que intente con todas mis fuerzas, es un grito de ayuda que nunca nadie escuchara, un grito de auxilio en el desierto de la soledad abusiva que nos hace sentir que solo ella esta de nuestro lado para poder hacernos soñar de nuevo y caer ante los pies de la maldita realidad.

        Una vez mas es de madrugada, una vez mas mis fuerzas están en el piso, mis ilusiones en el abismo, y mis ganas de soñar en la basura. Mi corazón esta de nuevo adolorido, ciego, sordo y mudo para poder ver si existe manera de sobrevivir a esto. Pero como todas las demás ocasiones, volveré a caer. Y de nuevo la madrugada me cubrirá con su manto y provocara que mis heridas me den la sensación de que han sanado, y en el momento justo que la soledad y la realidad estén listas para atacar quitara esa ilusión de mis manos y me permitirá sangrar de nuevo.

        Este llanto que me niego a derramar en lagrimas lo derramo en letras, el único sonido que mi cuerpo emite es el de las teclas de una maquina que llora letras por mi, en lugar de que mis ojos derramen ese liquido que arde al caer por mis mejillas, ese acido que no solo nubla la vista, da la sensación de que el corazón se vierte en cada gota de ellas que toca el suelo.

        Desde el inicio de este relato y a esta altura, he tratado de ahorrar llanto, he tratado de no gritar, o de suspirar siquiera, no quiero interrumpir el sueño profundo de mis dolores de pecho, porque imagino que si se despierta, no podre evitar derramar el llanto con lagrimas y las letras perderán sentido entonces, no lograría poner orden a mis pensamientos, no lograría poner orden a mis ideas y poder juntar una palabra con la otra. Es mejor así, mantener en ese sueño profundo a mis dolores. A mi llanto lo mantendré solo en letras con este teclado que me ha acompañado en esta madrugada de dolor.

        Y así como muchas otras madrugadas, así como en muchas otras ocasiones, así como en muchos otros intentos fallidos, una vez mas he despertado de manera abrupta del sueño que quise soñar, del sueño que quise hacer realidad y que como en todas las demás ocasiones llega a su final con un cuchillo clavado en el pecho y con la realidad riéndose a carcajadas en mi cara. ¡Maldita realidad!, ¡maldito sueño que se ha repetido una y otra vez dándome la ilusión de la posibilidad de poder hacerlo vívido, fusionado con la realidad en un solo cuento de hadas, y que termina siendo una historia de horror y masacre para el maldito corazón idiota que no sabe distinguir un sueño de una ilusión.

        Es de madrugada, y una vez mas me encuentro despierto y llorando lágrimas de letras por un sueño que como antes, y para siempre terminara con la realidad en la cara.

                                                                                                                                                ^Scorpion_05