No me mires así,
muchacha hermosa,
como si me lengua
escupiera fuego.
No necesito decirte,
que por ti vivo y muero
y que si tus dos pardos luceros,
no se hicieron ,
para adornar mi cielo,
entonces,
mejor callo y muero.
Déjeme decirle,
mujer de mis antojos,
que todos los besos
que atesoro,
dentro del viejo cofre
de mis recuerdos,
se esfuman en un instante,
cuando me miras distante.
Autor: Marco González Almeida
El poeta de Aragua.
- Autor: marco augusto (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de diciembre de 2012 a las 10:49
- Categoría: Amor
- Lecturas: 111
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Bello y genial poema de amor amigo
Gratificante la lectura de tus versos
Abrazos de amistad y afecto
Críspulo Cortés Cortés
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