Diez minutos parecen diez horas en este lugar deprimente, lúgubre y vació,
donde busco siempre una salida, intento esconder los anagramas de mi alma, siempre los instintos me obligan a esconder mis sentidos mas profundos.
Pierdo el control, ¿lo he perdido todo o es que nunca he ganado nada? Intento dejarlo,
este sinfín de ideales galopan por los senderos desérticos de mi cabeza, buscando aquella víbora blanca, serpiente cambia pieleles, Pitón de diamantes que se camufla esperando su presa.
Solo queda esperar que alguna nube lejana en el horizonte, se postre en mi desierto florezca en las capas áridas de mi subconsciente y que de arroyo en arroyo se forme un rio, un lago y un mar que ahoge las ideas rastreras y surja un nueva biodiversidad.
Esperemos que esta pequeña nube no venga acompañada de rayos que espanten la vibora, que nuestra pequeña piton de diamantes no aprenda a cazar y que la serpiente cambia pieles no aprenda a nadar.
- Autor: Alexander ( Offline)
- Publicado: 4 de diciembre de 2012 a las 23:38
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 61
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
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