Musitando a solas, bajo un crucifijo
Lloraba una madre la ausencia del hijo.
Musitaba en llanto la oración bendita
Y por cada rezo de la viejecita
Mil lágrimas llenas de dolor brotaban
Mil lágrimas llenas de amor que rodaban.
Al ver que la pobre se quedaba sola
Y que de aquel Cristo su voz no apartaba
Me acerqué muy quedo a ver qué pasaba.
Que se me erizaron de angustia los pelos
Al ver que la pobre gimiendo en su pena
Lloraba y pedía al crucificado
Tan solo un regalo para Nochebuena.
“Concededme Padre que mi pequeñuelo
se acuerde que aún vivo; que estoy en la tierra.
Jamás quise nada de lo que él tuviera
Pero estoy tan sola….y hoy que es Nochebuena
Me calan los huesos el frio de la espera.
Haz que venga Padre, tan solo a besarme
Que sobre mi pecho pueda yo estrecharle
Y oír de sus labios el grito de ¡Madre, bendígame madre!
Solo ese regalo te pido Buen Padre
Que venga y se quede tan solo esta tarde.
Luego …. A tí lo dejo, y si has de llamarme
Que sea mi retoño quien vaya a enterrarme.”
- Autor: MiguelRamosValdes ( Offline)
- Publicado: 6 de diciembre de 2012 a las 11:08
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 41
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, nelida anderson parini
Comentarios2
Un precioso bello y genial poema amigo Miguel
Un grato placer leer tus versos.
Saludos y abrazos de sincera amistad
Críspulo Cortés Cortés
Versos profundos un grito de reflexión para todos, pues es época de unión familiar y fraternal comunión...
Abrazos sonrientes con mis saludos.
Feliz y bendecido día.
Gracias por tu comentario. Muy cierto lo que dices, Dios te bendiga.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.