Largo el camino,
de Galilea a Palestina.
Un viejo carpintero
y las mas bella
vírgen niña.
Así también,
mi alma, peregrina.
Trato de encontrar
la Luz de Dios,
como José y María.
Una sola Navidad
pude tener esa dicha.
Desde entonces,
una gran oscuridad
signó mi vida.
- Autor: Luis Elissamburu ( Offline)
- Publicado: 8 de diciembre de 2012 a las 20:36
- Comentario del autor sobre el poema: Mi único hijo, nació el 11 de noviembre de 1986 y falleció el 26 de febrero de 1987. Lo tuve una sola Navidad, la mejor de todas, y de alguna manera, también la mas extraña. Sé que está en un mejor lugar que yo. Espero que Dios nos reúna, cuando El lo disponga.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 34
Comentarios1
muy bello su poema
en la vida nos suceden muchas
cosas,,,es un camino lleno de aprendizajes
y su dedicatoria es la prueba fehaciente de que el amor supera cualquier barrera
el amor no es temporal, nos sobrevive y sobrevive más allá de los años
el amor es infinito cuando se lo da y se lo recibe
bendiciones y abrazos para usted!!!
🙂
Muchas grácias por tu reflexión. Así es el amor, por eso nos sobrevive. Andamos por este mundo, buscando miles de cosas que no tienen ningún valor y al final del camino lo que nos salva o nos condena es apenas un sentimiento.
El tiempo, gran sabedor, enseña por el camino difícil.
Bendiciones para ti.
Luis.
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