Sobre mi pecho abatido por los golpes
está tu estrella tibia, dolorosamente azul,
diríase un cielo toda ella.
No quiebra el agua su perfecta dulzura,
su sencillez es transparente y tiene
el uniforme brillo de la lluvia alta.
Déjame este lucero, este cuerpo celeste
sembrando sobre mi pecho lleno de golpes,
estás ya tan humilde que tu nombre
se puede decir con respeto y con pequeñas
letras de amor, dios mío.
Oscar Acosta
- Autor: Poethas ( Offline)
- Publicado: 11 de diciembre de 2012 a las 03:04
- Categoría: Amor
- Lecturas: 34
- Usuarios favoritos de este poema: Trovador de Sueños ...y realidades.
Comentarios1
Gracias por compartir, lo he disfrutado...!!! Sentidas letras, para componer un hermoso poema.
Saludos...!!!
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