«...tuve que reposar sobre alfombras persas
y también descansar en viejos camastros,
de viciados muelles,
colchones manchados
y roídas sábanas.»
*** ***
De a cortos trechos recorro el camino,
un ancho, un amplio camino
de corte largo,
que alterna, sobrio, lacio estilismo,
con gráciles, despreocupados rizados.
A cada instante muero y resucito.
Cada instante vive y muere
como lo hace un suspiro
...suavemente.
(Los respiros existen mientras se orean.)
Con agrado saludo el hacer variopinto,
la inmensa diversidad de culturas y gentes.
Es por aquel paladeo
de mil oficios tenidos
que, capaz soy de abordar
(como tempestad,
con increíble ímpetu)
la majestuosa y gratificante escalera
cual desea que, mis manos se posen en su baranda,
para, peldaño a peldaño, al subirla, crezca.
Hoy, ya aprendí a usar
cazos y sartenes.
Hoy, ya cacé el peso suave y preciso
para hincar el clavo con mi martillo.
Hasta acierto (por puro instinto)
a otorgarle bella musicalidad,
al irrespetuoso e intensivo y fiero rugir
de motores nauseabundos.
(Para algo tiene que servir la atenta escucha.)
Hoy ya no me apena que se sequen,
(ante el beber sediento de las cifras y letras)
que se queden sin sangre, mudamente inservibles,
entre mis dedos, plumas
estilográficas y bolígrafos.
Hoy ya comprendo la útil servidumbre de los cuerpos;
su eficacia.
De a cortos trechos;
trechos elementales,
trechos intensos,
recorro rostros y circunstancias.
Recabo los guiños reflejos que habitan (intrínsecos)
en cualquiera de las miradas.
De a cortos trechos
hago un collage dentro de mí,
recorto y compongo
con las partes de este intenso recorrido extenso.
Respiro bellos o desafortunados paisajes.
Respiro la sublime tristeza que abre alegrías grandes.
Restauro difuntos episodios para anotar lo que tanto valen.
Me permito inundarme
con cada uno, de la vida, hondos parajes.
Que aletean estando; inermes, quietos,
disponen de habla
aunque aparenten ser silencios.
Son tan charlatanes
como el gallo cuando revienta el día,
cuando se intuye el sol,
o como aquel grato café
con olor a mañana.
Quiero empaparme de hondos parajes
que se sirven desnudos aún teniendo equipaje.
Pues una elección debe vestir,
de cada uno, su mente.
Pues incluso aquellas almas invernales,
pueden llegarse a emocionar.
cuando el poder es la exacta ciencia,
cual aborda con notas y tonos sentimentales.
Subo esforzándome (a fuerza de voluntad).
Bajo, conteniendo la inercia del desnivel,
sosegando mi carrera.
Llaneo por valles,
sembrados con el jugo y el baile
ecuestre y bovino,
reptil y de insectos.
La vida no es fácil (tampoco difícil)
requiere de la entrega y del esfuerzo.
Ante vertiginosos riscos:
me aferro a hendiduras y salientes,
me tenso y destenso,
soy un cuatro o un ocho,
pero ante todo; subo, yo trepo.
Quiero alcanzar el sueño flotante de las nubes.
Quiero sorber los milenios resguardados en glaciares.
...nadar en ese horizonte que advierto,
gota tras gota, frente a todo; espléndido.
318-omu G.S. (Bcn-2012)
- Autor: omu (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de diciembre de 2012 a las 18:57
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 77
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Geniales y preciadas metaforas filosoficas amigo Omu
Saludos y amistad
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