Han vuelto las sombras que, antes de conocerte,
resguardaban mis ojos nostálgicos y ausentes.
He vuelto a extrañarme, condenado por mi mente
al cadalso cruel de mis recuerdos presentes.
Entretejido como un mecate de infinita negación,
el pasado remiso me asfixia sin ninguna compasión:
¡Tiempo! Verdugo inhumano de lo humano ejecutor,
¡Termina con el suplicio de este condenado corazón!
Antes, pensé en tu regreso con una extraña esperanza,
después, iracundo invoqué a los dioses de la Naturaleza,
para que guiaran tu camino de regreso a mi estancia,
y esperé… esperé con mis pupilas clavadas en lontananza.
Y esperé tanto que mi corazón envejeció petrificado.
Tú jamás volviste; pero aún estabas aquí conmigo,
decidí matarte y emparedarte en el muro del recuerdo,
te condené al destierro; y yo, me condené contigo.
Mi único crimen fue entregarte mi alma y mi corazón:
¡Invoco al Tiempo que se encargue de ti sin compasión!
Y a mí, que la cuerda de su cruel patíbulo me dé la razón.
“¡Enloquecerás cuando comas del Alraune irrigada
con mi sangre blanca, mientras la soga en mi cuello
acaricie mis últimos segundos de vida!”
ElMaeseVite Citlaltocani.
20-12-2012.
- Autor: Alfonso Vite (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de diciembre de 2012 a las 19:18
- Categoría: Gótico
- Lecturas: 96
- Usuarios favoritos de este poema: ADOLFO CESAR MARCELLO
Comentarios1
Estoy pasando por algo que me hace identificarme con tu bello poema.
Gracias!!!
Gracias "Estrella", de hecho éste fue, creo, el último poema que publiqué por aquí, después decidí dejarme llevar por el tiempo para sanarme, ahora puedo decir que estoy mucho mejor. Gracias, recibe un gran abrazo.
Pues me alegra que ya estas de regreso por aquí y que ya estes mucho mejor. Ya veras como pronto sanaras por completo, recuerda que no hay mal que dure 100 años.
Besitos estrellados.
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