Habitaciones rápidas,
donde se vacía el sexo en papeleras,
la vergüenza se esconde en la bañera,
sitios marcados por olores a obscenidad, a heces y sangre.
Paredes palpitantes,
del vicio y el horror con traje y guantes,
mugrientos que carecen de semblante,
perdidos prisioneros caminantes.
Que sórdido amor yace manchado
en sabanas con semen derramado,
paredes que salpican alumbrando
con luces de neón y con cuidado.
Los muelles que no suenan resucitan,
los gritos de placer, dolor excitan,
entrando en un terreno farragoso,
lo suave no es sangrar, ni es horroroso.
- Autor: Mauro Melquiades ( Offline)
- Publicado: 23 de diciembre de 2012 a las 08:48
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Un bello y genial poema amigo Mauro
Gratificante lectura de tus versos.
Feliz Navidad.
Saludos y amistad.
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