Sepia

La divinidad admiraba tu lealtad.
Todo esto en una pequeña edad.
Caíste en el Sepia de mi alfombra.
Lejos, en el comenzar, tenias los rieles.
Lento caminabas, tanto, que los sueños pasaban a tu lado y seguían.
Cansado de tu  trote caíste esparcido.
En lo llamado lago escondido.
No lloraras, ni te animabas
inútil era creerte ya
De lealtad te habían nombrado
y a lo único que eras fiel fue al fracaso
Desaparecieron los que nunca estuvieron
Tu cara no mostraba rasguño de tristeza
Sera que la luz te ayudo, pero lograste salir
Ni un “Gracias” de tu interior salían
El polvo levantaba, y lentamente algo en ti también, solo para no caer
Los metales sonaban, no tenía ganas de rumbar
El suspiro era tan real con el movimiento de su cabeza
Tan perfecto era el linaje que solo era cuestión de esperar
La sombra comenzó a ser una
Cabeza y pies seguían el mismo procedimiento
El sonido musical de un hueso contra el duro metal resonó
Llanura plana ya eras
De marrón te pintaste pareciéndote a mi suelo
La sangre no quería alimentarte
Los huesos escaparon de tu prisión
Los huecos de un riel turbio de agonía te acompañaban
Y solo un lamento se escucho
Tan estúpido era ese llanto que lo callaron
El tren interminable hablo y desapareció
Y si alguien mira hacia atrás , solo vera :
El fallecimiento de la hoja