Puedo contenerme
y ceder al impulso de continuar,
forzando situaciones,
situacinandome en ocasiones
todas dignas de olvidar.
Pero...ay, no puedo
ni contenerme, ni contener,
todo el hálito y aliento
me dejó desesperado
forzó mis fuerzas
a morir de cansancio.
No puedo, ni quiero
maravillarme de estupidez.
- Autor: Mauro Melquiades ( Offline)
- Publicado: 29 de diciembre de 2012 a las 09:28
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 28
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Personales filosofias sobre el comportamiento humano amigo Mauro
Saludos y amistad
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