Encontré de arena palabras
envueltas de caracolas
y ni siquiera las olas,
ahora me dicen nada;
el silencio de las miradas
solo cruzan aquella playa,
hoy desierta,
sin gaviotas enamoradas
que rompían los silencios
todas las madrugadas.
Solo el rumor del viento
llega con la brisa callada,
curte sagaz el silencio,
su brisa estalla en mi cara;
no sé, si se perdió la gaviota,
si dejó de estar enamorada
o simplemente enojada
mira la Luna plateada
que cada noche ilumina
las olas de nuestra playa
y, sin saber lo que le pasa,
mi gaviota surca el cielo
al movimiento de sus alas
dejando ese vil silencio
que entristece mi nostalgia.
Vuela, vuela con alas de nácar
hacia el Sol que te marchite
el silencio de tus palabras
y que sople solo el viento
sobre la arena de nuestra playa;
tal vez, una caracola,
en la arena abandonada,
me diga cuál es la causa
que te condujo a la nada.
No volveré al huerto de tus hadas,
ellas duermen en mi sueño
y sueñan mis esperanzas,
pues mártir de tus silencios
abro al lejano viento
las cumbres con otras alas
que ahora me van diciendo
entre rumores de versos,
ecos de caracolas taimadas
que en la arena están escribiendo
pétalos de corazones
a rosas encadenadas,
cuyas mariposas sienten
los otros versos que callas.
Se que la melancolía estalla
en la cabeza del firmamento
y sintiendo el dulce lamento
también escribo en la playa
esos pequeños versos
que encadenan las palabras
cuando tu caracola me habla
en la playa de los silencios:
“en la arena están los luceros
junto a estrellas solitarias,
no tienen brillos ni ecos
ni lunas muertas de escarcha,
pero sienten cuanto siento
y me dicen cuanto callas”.
Solamente los desiertos
miran las cumbres nevadas.
- Autor: jJAIME (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de enero de 2013 a las 19:38
- Categoría: Triste
- Lecturas: 226
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