Torbellino de dificultades, envueltos en ellos, casi no pensamos en algo que nos da la esencia de la vida. Casi olvidamos la necesidad de amar e sentir emociones.
En mi música me refugio, dejo volar mis pensamientos, una paz me invade, salgo de estas cuatro paredes, como pluma ando por el aire e me transformo, siento mi alma y corazón, retrocedo a algo que tuve y tengo pero que está un poco olvidado. No quiero que esto pase. No se vivir solo materia, quiero sentir emociones, quiero ser la de ayer, aquella que en la distancia sentía amor por alguien, soñaba despierta, con ansiedad esperaba el momento de mirar unos ojos que me miraban con cariño.
Tengo que luchar, desprenderme de mi entorno, escapar a la dureza del tiempo terrible en que estamos.
Lo consigo, lo sé. Tengo que ser distinta, no mirar para el suelo, pero para el cielo. Atravesar las nubes, ver más allá, limpiar de la realidad mi pensar y dejarme abrazar.
Quiero sentir el calor humano, quiero vivir sin estar aislada de mi corazón. Quiero tener lo que el dinero no compra, tu cariño.
La felicidad, soy yo, la paz, el amor y el sentir también. Pluma seré, tú el viento que me lleva para algo más importante que el desgaste del día a día.
Con las manos dadas, pasearemos delante de todos, sin miedos ni vergüenza, seremos solamente lo que somos.
No importa lo que piensen, ni que no lo entiendan, qué más da, si nuestra vida es nuestra, si no lo quieren aceptar que vuelvan la mirada al otro lado.
Una fortaleza, tenemos que ser, en esta mezcla de envidia y mal pensar.
Si nos queremos, solo un camino nuestro y privado importa, lo demás es fantasía.
Yo quiero la realidad, saber que te tengo, con seguridad de tus sentimientos, la verdad no habla, se siente.
Por ti he batallado, por mí hiciste lo mismo, no dejemos que nadie nos quite este bien estar, este vivir como si estuviéramos aislados sin nadie espiando y reprochando nuestra decisión, de sentir la felicidad. En mi música vives, dentro de mi pecho, nunca saldrás. Abrazados bailaremos al compás dulce de la belleza de nuestras almas de niños.
Nunca apagaran el lucero, que ilumina nuestro querer y nos da la fuerza de vivir con casi nada, todo he dejado atrás, que se sirvan a gusto y lo disfruten. Por mí, también lo hiciste.
Lo que importa es, habernos traído nuestras almas, enfermas de sufrir y haberles dado salud.
Oporto, 19 de Diciembre de 2012
Carminha Nieves
- Autor: secreet50 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de enero de 2013 a las 08:08
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 34
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Genialidades literarias nos traes en el año nuevo estimada amiga Camina Nieves
Un grato placer leer tus hermosos escritos
Saludos y amistad
Cosas, sin importancia, que hacen parte de la vida. De nada se hace mucho.
Un abrazo y un saludo de amistad
Carminha Nieves
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