La cigarra
mueve arpegios en su canto.
El gemido de las almas disipadas
se dibuja entre los espacios del verano.
Su grito profano, su aletargo,
su enajenado albedrío
y entre su quejido lloroso
se esboza aquel amor alborotado,
incitando al frenesí
que flota entre distancias
y espacios adormilado.
CARLOS A. BADARACCO
4/1/13
(DERECHOS RERVADOS)
- Autor: CARLOS ALBERTO BADARACCO ( Offline)
- Publicado: 5 de enero de 2013 a las 00:53
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 269
- Usuarios favoritos de este poema: Amelia Suârez Oquendo, Lidia, Maria Hodunok., YUBISAY MORALES.G., El Hombre de la Rosa, Andra, claudia07, Trovador de Sueños ...y realidades., Jareth Cruz, gerd
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