Casi en víspera de Reyes, ya he recibido dos prendas, el encuentro con alguien que vino del otro lado del mundo para conocerme y la visita de un Ángel, que echo de menos todos los segundos.
Los abrazos que he recibido, distintos pero tan buenos, me han dado un impulso de vida.
Mi niña al marchar me apretó y sentí, que no la he perdido, estoy en su corazón.
El agua de espacio volverá a su cauce, que sea muy pronto.
Sereno está el tiempo, frío que nos obliga a pensar en el calor de nuestras casas, pero ni siempre debemos aislarnos de los demás.
Siempre hay algo que hacer por los demás. En su medio, nos damos cuenta de un mundo lejano a lo nuestro.
Aunque sea oír una chica pedir una cola y l rato decir” no tengo dinero”, mejor un vaso de agua y anónimamente pedir a la camarera que la sirva lo que deseaba y pagársela.
Siento que la juventud, no está siendo amparada como debía, están con una revuelta dentro de ellos, sin futuro, sin una meta a para llegar. Viven su mundo, apartados, sienten la falta de una familia donde se sientan bien.
A mi manera, intento invadir su espacio, con diplomacia y lo consigo.
Sin haber diferencias de edad, soy una más de su mundo. Sin acusar, de espacio, vienen a mí. Tengo un montón de ellos en la cafetería donde voy a menudo. Siento felicidad, al ver cambiar su expresión de revuelta y desconfianza, por atención y aceptación.
No es caridad, no, es lo que yo sería si fuera joven hoy. La emancipación, no es la independencia, ellos por un lado quieren tener dieciocho años, pero los Padres le hacen falta en su corazón.
En bandos, como pájaros equivocados en su camino, vuelan en círculos sin salida. Tenemos obligación de no condenar sus defectos solamente, en otros tiempos ya fuimos como ellos en otra sociedad.
Nunca debemos olvidar si estamos así la culpa es nuestra, dejamos que estemos en esta sociedad, que es algo indefinido, en que solo quisimos que nuestros hijos fueran doctores y nada más.
Un poco de comprensión, cariño, atención y palabras sabias en su momento hacen toda la diferencia, para estos jóvenes, que no vislumbran un futuro como nosotros sentimos.
A la juventud, mi mano regalo, mi experiencia también y en un grande abrazo los quiero defender de la revuelta que los están cogiendo.
Vivo para cumplir lo que es cierto y sin vergüenza decir lo que pienso. Mieses que no se cuidan en hierba mala se transforman.
¡Como es bueno sentir la ternura de en un abrazo! Saber que son la continuación de nosotros, cuando nuestro lugar quede vacío, al término de nuestras vidas.
Ni solo de pan vive el hombre, mucho hay que dar que no se ve, pero se siente. Vamos intentar sujetar la juventud en pleno, con sentimientos y felicidad.
Oporto 6 de Enero de 2013
Carminha Nieves
- Autor: secreet50 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de enero de 2013 a las 08:44
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 36
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