OLOR A HEMBRA

CARLOS ALBERTO BADARACCO

 

 

El olor a hembra se propaga como un incienso en celo,

casi azorado se irradia,

acompañando a una brisa/que se desgrana en un

aroma añejo de procaz incendio/

frenesí loco,

desenfrenado vuelo/

 

y en un clamor exhala/

como encendido en llamas, seducción, deseo.

Como si fuera un velo/que entre las nubes

danza

al compás de un gemido/perspicaz quejido

 

que se lanza loco advirtiendo sexo.

Un himno irreverente, loco, frenético.

Refunfuña como un violín viejo, lleno de arpegios

contenidos, ascendentes

como en un cumulus nimbus/

 

y yo lo huelo, husmeo vientres

que con furor percibo/con sabia desnuda/con deseo/

como acosando al tiempo que se prolonga denso/

como miel lejana que atrae abejas

o néctar puro de genital maduro.

 

Se desata el eco, se extiende sonoro/

es un grito de macho que se expele al viento/

igual que un hocico de oso hambriento/

un graznido bravo de animal sediento/

 

camino despacio siguiendo la huella/

se clava en mi lívido como acosando sangre/

las entrañas arden, en voraz hoguera/

beso al aire/lo llevo preso

arrebatando brisas me voy lanzado al vaho

con mis ardores cautivos/

 

El aroma es fuerte y avezado el tiempo/

voy sorteando piedras con sabor a hembra

que fermentaba el día/

lo llenaba de vehementes calores caldos/

palpitando avideces, soportando hambres/

 

Ya se está acercando el llamado obsceno ,

ardoroso freno.

Son frenéticos pálpitos/ de cercanas ansias

los semblantes fijos en aromas genitos/

van sembrando vida, cosechando alientos/

 

CARLOS A. BADARACCO

7/1/13

(DERECHOS RESERVADOS)

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