Las sílabas de lo que no digo, saben como entrar a tu cuerpo,
lentas, táctiles, auditivas...
se contonean geometricamente danzando por mis labios,
allí donde preparan el salto para romper el abismo y volar
de mis trazos a tu mirada.
No las esquives.
La saliva en cambio
pertence a la exquisita caricia,
capaz de recitar tu cuerpo entero
hasta vestirlo en palabras.
Desnudo.
Por eso a veces surges como árbol viceral,
derramando por sus cuencos letanía
sobre el telar de piel, de mí.
Tú y yo, rosa y espina que lentos nacieron
alguna vez del dulcisimo sueño,
puente capaz de acercarse y matarnos
de una sola palabra como tiro,
de un una sola vez.
Ahora fatiga de tanto llanto
Resquicio de Había una vez...
Melancolía apretadita
Y la suma de asperas y eternas noches...
Comentarios3
wow! o.o
¬¬... wiiii 😀
Ahh, querida poetisa; usted mejor que nadie sabe que el poder del lenguaje no es sólo patrimonio de las palabras. Sus versos así lo ratifican y lo embellecen. Lo disfruté mucho. Un abrazo.
Asi es... tal cual lo ha dicho. Gracias!
Lo mira
La mira
Los esta observando
Un poema los quiere hacer...
Que buena interpretación!!! Que lindo escucharte!!! Feliz cumpleaños!!!
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