El valle se extiende en retazos azules,
a lo lejos el cielo mira
con su urdimbre de nubes.
El verde salpicado en árboles temerosos,
pues la ciudad araña y rompe.
El tiempo es esta brevedad sin retorno,
este fluir de falsas eternidades.
Y la tarde que muere sin lástima.
Yo aquí, mirando los átomos del espacio.
sintiéndome un harapo
de nostalgias y ermitaños.
Y llega la noche con tímidos arreboles
que se queman tras los montes en lontananza.
En este ciclo casi eterno la noche renace,
mientras millones de chispas me miran con asombro.
- Autor: lapiedraviene (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de enero de 2013 a las 18:40
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 412
Comentarios3
"...
El verde salpicado en árboles temerosos,
pues la ciudad araña y rompe."
Cómo no ser tu más fiel lectora, amigo. Espectacular poema.
Todos los versos, pero estos dos son tan significativos: ¡Destrucción!
Abrazos
Gracias amiga, espero que tengas un día significativo y lleno de felicidad y poesía.
Tú sí escribes bien. Sería un placer tenerte como amigo, para leerte con más frecuencia, así que te mandaré una solicitud.
Un saludo.
Gracias Francisco, es un honor recibir tu comentario. Con mucho gusto seré tu amigo.
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