CON "M" DE MUJER

Háblame tú, mi diosa de pasión, majestad de la hoguera en mi pecho, levantare mi copa y brindare por las veces que me hiciste arder en deseo, beberé el vino del placer hasta embriagarme, y así preguntarte…

¿A dónde escondiste este amor? ¿Por qué el dolor selló tus labios? ¿Qué se hicieron tus recuerdos?

Yo beberé el elixir del olvido esta noche, en el cáliz de tu recuerdo, y en un gesto de tristeza, lloraré mis esperanzas ya fallecidas.

Yo romperé todas las cadenas del mundo, y me declararé inmortal aunque me crean un loco, pero no podré contra ti, nunca contra ti, porque tú eres eterna.

¿De dónde surgió este inmenso sentimiento? ¿De dónde surgieron tus colosales engaños? que como monstruos milenarios parecen salir de las fauces de un abismo para encerrarme en otro abismo más terrible y espantoso que el primero.

Mi divina maldición, tú eres la deidad maléfica de todas mis existencias infinitas, y cuando la flama en mi pecho devore la razón y queme los sentimientos y emociones, tu seguirás siendo como eras antes, sin sufrir cambio alguno, material inmutable, corazón frio y áspero, escucha lo que tengo que decir...

Mujer, yo te amo, hace tantas noches que te lloro y al final del día recuerdo tu delicada voz, entonces, tiemblan de amor los durmientes astros y se besan las musas celestiales con tus arrullos; eres un libro sellado bajo siete hechizos, no sé si eres mi dicha o mi veneno.

Estoy en el borde de un abismo que no entiendo, siento miedo de tí y de tu misterio.

Mujer, yo te adoro, quiero que bebamos el licor de los avernos, quiero besar tus senos, quiero sentir tu cuerpo tibio y despertar mi locura apasionada.

Mujer, no te puedo olvidar, te dije que te amaba y te juré mi amor en noches adoradas, en noches de idilio, en noches de fogosidad de risas y de llantos, tonta y malcriada, enciende mi espíritu, enciende mi vida de interminable sufrimiento.

Templo de lo prohibido y lo delicioso, de la carne y del deseo, entrégame los placeres de tu sexo.

Noches de frenesí y desenfreno, noches de sueños tortuosos, tú, mi romance de amor y poesía… que vale más no recordar.

Mujer de piel tersa y suave como la seda, de cabellos tan brillantes y perfectos como el firmamento de estrellas; cae ahora entre mis brazos, se como aquellas melodías demenciales que atormentan mi alma, la llenan de gozo y la privan de vida.

Mujer, ¿Cómo pudiste? Me traicionaste justo cuando más yo te quería, ¿Cómo fuiste tan cruel? Me hiciste esta herida ¿No hubo compasión en ti? Arruinaste mi vida.

Mujer, termina con mi amnesia, mujer, libera mi corazón,  mujer, dime algo…