Auto relato
No tenía trabajo, no tenía
sino ganas de reír, pero lloraba,
sentía que la vida se escapaba
como el sol de sus manos cada día.
Y amable, pese a todo, sonreía,
veía correr gente y saludaba,
a aquella gris anciana la ayudaba ,
la luna, esa soy yo, ella le decía.
Golpeando puertas mil, se proponía
un tiempo para amar mientras ahorraba,
un tiempo de luchar en compañía.
Y así el amor llegó, no puso traba,
pero ella se marchó y, en su agonía,
cesante él cada cosa aquí anotaba.
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13 01 13
- Autor: Óscar Pérez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de enero de 2013 a las 02:20
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 70
- Usuarios favoritos de este poema: elvira olivares
Comentarios2
Sentidas pinceladas, llenas de sentimiento y anhelo por un amor que se marchó. Excelente, amigo. Siempre un gusto leer.
Cordiales saludo, que tengas un buen inicio de semana.
Siempre un honor darte las gracias, amigo mío.-
Nunca sabré porque la gente buena sufre,
tal vez, para salvación de otros, este
soneto me mueve pensamientos que creía
estaban dormidos.
Muy bonito con la pureza del poeta.
Un beso amigo
Todos hemos de sufrir, amiga mía, es la condición del crecimiento. No hay que evitarlo, hay que hacerse sabios en el camino. Un abrazo.-
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