Casi vine al mundo
con el asomar de las flores.
Pero, el invierno,
reclamó derechos
y me dió sus dones.
El viento,
en su potestad,
me hizo su hermano.
De pequeño,
recorría las nubes
aferrado a su mano.
Nunca tuve frío,
ni extrañé
las noches claras.
Me abrigó la niebla
y el fuego encendio
en la vieja cabaña.
Dejáron de emigrar,
los pájaros,
para quedarse conmigo.
Y unos extraños duendes,
me contáron historias
en interminables domingos.
con el asomar de las flores.
Pero, el invierno,
reclamó derechos
y me dió sus dones.
El viento,
en su potestad,
me hizo su hermano.
De pequeño,
recorría las nubes
aferrado a su mano.
Nunca tuve frío,
ni extrañé
las noches claras.
Me abrigó la niebla
y el fuego encendio
en la vieja cabaña.
Dejáron de emigrar,
los pájaros,
para quedarse conmigo.
Y unos extraños duendes,
me contáron historias
en interminables domingos.
- Autor: Luis Elissamburu ( Offline)
- Publicado: 21 de enero de 2013 a las 08:17
- Categoría: Infantil
- Lecturas: 55
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