¡Tanto te añoré, amada, cuando sorbía, teniendo como fondo musical el oleaje, tan caprichoso y juguetón, un café no tan exquisito como el que tantas veces compartimos en Bogotá, pero sí aromoso!
Tú, aunque lejana en distancia física, estabas allí conmigo deleitándote con el paisaje, los alcatraces oteando, desde el aire, el pez que les serviría de alimento o trepados en los barcos de factura artesanal, descansando para después seguir su bulliciosa búsqueda.
Porque allí, amada de siempre, hemos disfrutado del crepúsculo, fenómeno que desde la bahía pareciera que el sol se sumerge en el mar.
Oí tu voz y vi tu silueta en las damas que paseaban, solas o acompañadas, por la bahía tan primorosa con sus aves marinas, sus olas besándola fugazmente para abandonarla brevemente y regresar, cual niñas traviesas
Esa despedida del sol se repite diariamente.
Y siempre estarás allí conmigo en la imaginación o en la realidad, porque guarda hermosos recuerdos nuestros, bien saboreando un exquisito café o sencillamente viendo las nubes, las olas, los niños, los pescadores o platicando
- Autor: rodulfogonzalez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de enero de 2013 a las 10:50
- Comentario del autor sobre el poema: Añoranzas de mi amada, en tierra de los incas, reflejdas en un texto poético.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 111
- Usuarios favoritos de este poema: Trovador de Sueños ...y realidades., El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Preciosas letras, sublime bahía de recuerdos y amor... compartido, hecho un hermoso poema, amigo. Un gusto leer.
Saludos cordiales...
Gracias, amigo. Mi esposa es de El Tejero. Ella vivió mucho tiempo en Maturín, ciudad donde nos casamos. Un abrazo.
Geniales y bellas mtafotras en prosa literaria amigo Rodolfo
Saludos y amistad
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