El escribidor
Trasnochado pensó en la novela, la que nunca se atrevió a publicar.
Los primeros volúmenes se amontonaron sobre el escritorio, ilusorios, frescos, relucientes. Los miró y una electricidad recorrió su cuerpo. La piel se erizó y las pupilas por momentos aumentaron de tamaño. La mano se imbricó en el rostro y no se percató del paso del tiempo. Dormitaba entre cabeceos y la tapa azulina se abrió de golpe. La portada y portadilla irrumpieron la somnolencia.
La dedicatoria gritó a viva voz y pensó en su madre. Y ese hombre mal llamado padre que había dejado secuelas en sus brazos y piernas. Intentó cerrar la tapa y uno de los protagonistas le susurró al oído.
-Despierte…despierte- dijo con voz lacónica ¡Que me escribió en el segundo capítulo. ¡Que me case con Ludobica! ¿Con todo respeto señor escribidor debe ser una humorada, no?
Este levantó la barbilla y volteó la cabeza, sus ojos se depositaron en la biblioteca. Quiso enterrar los volúmenes en los estantes y una fuerza extraña lo detuvo. Su mano temblorosa dio de lleno en el cuerpo del libro y acarició el capitulo IX, sobre la hoja numero ciento veinte y cinco. Leyó en voz alta y clara. El protagonista Sir Edgard segundo casado con Ludovica Amberes se suicidó .Sacó la mano de la hoja y la apoyo sobre el escritorio. Agarró un frasco, sus dedos recorrieron el vidrio frio, opalino y sacó el corcho del interior. Un aroma a arsénico inundó la habitación.
Autor: Segovia Monti.
- Autor: segoviamonti (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de enero de 2013 a las 19:45
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 188
- Usuarios favoritos de este poema: Trovador de Sueños ...y realidades.
Comentarios2
Intensa y contundente historia, entre capítulos y libros ... la vida del escribidor... Excelente, amigo. Un gusto leer.
Saludos cordiales...
Gracias amigo por tus comentarios,un abrazo desde Buenos Aires.
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