Al contar los gemidos, se enfurecen las sombras de mi almohada Tus dedos bailando en mi vestido, tu piel clavada a mis entrañas Tu sudor vagando en lo prohibido, derritiendo la cruda nostalgia Adoro tu amor desconocido, me excita que no me digas nada
Vuelve esta noche espantosa, podemos escondernos en el bar Bebo el licor plateado de tu boca, enredas mi pelo en tu eternidad Y sin querer la ropa me despojas, mis latidos te invitan a continuar En el suelo otra copa rota, al verte entiende mi tonta realidad
Resulta que al tocarme ya estoy loca, te juro que me haces delirar Mis sonidos vuelan y se acoplan, para que los puedas atrapar Cierras mis labios con tanta gloria, te pido descansa en mi soledad No te vayas hay muchas cosas, que aún no he podido probar
Mañana cantare entre las misma sombras, para que tu puedas escuchar La melodía que resuena en mi memoria, la veces que te pienso si no estas Dejare de escribir la triste historia, por un momento la podré cambiar Por ese instante que estamos a solas, huyendo de ese pasado que nadie supo explicar
Educare las penas, para que ya no te alejes El reproche se adueña, no se sí me entiendes Pasa que tantos poemas se han llevado los claveles Que hoy se me pierde la esencia, que ya no se que es lo que quieres
Debe ser el cálido abrazo que me otorgas, el que me hace olvidar Con razón nada me importa, si resbalo en tu mirar Mi cabeza cree que te ignora, pero a quien voy a engañar Mi corazón se emociona si me buscas al pasar
Dicen que no serás mío, yo solo puedo responder Que además de ser amigo, eres un hombre y yo una mujer Me gusta estar siempre contigo, anhelas ser esclavo de mi ser Y aunque digan que tu eres un niño, yo no te puedo perder
- Autor: Olivera Dayana ( Offline)
- Publicado: 29 de enero de 2013 a las 13:46
- Categoría: Amor
- Lecturas: 94
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