Cuando vayáis dejando
flores sobre el ataúd
del niño siempre despeinado
no lloréis aún.
Pon solo dientes de león
que el viento lleve la canción
que inspiraste tú.
Y cuando os cuente
como lo cambiasteis
llorad sinceramente
pues su canción
erais todos vosotros,
versos mezclados unos con otros.
Esa parte vuestra
que os robó sin daros cuenta
Con un guiño, de una sonrisa
de una mirada o de toda una vida.
Esa nota de su canción
que te es familiar
será tu forma de mirar
o tu ceño fruncido de interrogación,
Será como mirabas la puesta de Sol
o como te acurrucabas cerca del mar.
Ahora ya se ha ido
ahora ya puedes saberlo
ya no hay miedo
el niño está muerto
y solo el viento
ha aprendido su canción.
- Autor: Salteador ( Offline)
- Publicado: 31 de enero de 2013 a las 11:35
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 95
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