Para un caballero andante, que tiene por corazon
un brilloso diamante.
Quizá, no sabes que el amor
provoca la envidia en los celosos,
si saben que hay algo entre nosotros
provocaremos el odio y el rencor.
Evitemos al vernos,
el brillo en los ojos,
pues daremos a los otros
razones para destruirnos.
La riqueza y el amor
no se pueden disimular
y tu has llegado a estimular
en mi alma de esos dos.
Si esto, un día, llegara a terminar
que no sea por culpa de terceros
si no por nuestros defectos
que no supimos moldear.
Pues tendré la certeza, al recordar,
que hube luchado lo suficiente
por este amor, apenas incipiente,
que nuevas y grandes ilusiones me pudo dar.
Pero si no hemos de pensar en el futuro
ni en situaciones de que no tenemos potestad
hoy te prometo con sinceridad,
pensarte eternamente, tenlo bien seguro.
Pues te has clavado en mi corazón
tan hondo y permanente,
y en mi psique, como recuerdo de infante,
que no habrá en mi existencia, que tu, más razón.
- Autor: Mily Jael (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 31 de enero de 2013 a las 16:58
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 276
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
UNA GENIALIDAD TU HERMOSO POEMA AMIGA PRINCESA ZELTA
SALUDOS Y AMISTAD
muchisimas gracias por su lectura y su comentario
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