EL RINCÓN
*
Cierran la puerta negra,
enfermos sin historias,
despojos olvidados…
una cama, el insecto, un zapato
el miedo de los siglos,
aguas del oscuro inconsciente,
la penumbra en la ventana,
ojos en las paredes,
sudor en las manos,
frío en la espalda,
la tarde oscurece,
una mariposa negra,
la tristeza del gusano,
las manos de la vieja,
la silla que se mueve.
**
Ahí, bajo la almohada, ¿lo ven?,
el perro aúlla, las hojas caen,
esencias imaginarias brillan,
eventos oscuros y dementes,
vida después de la muerte,
cuerpos flotantes sepultados,
el fuego que fluye de la tierra,
cadáveres navegan sin barcas,
profundidades grises y eternas,
voces en la madrugada,
pasos lastimeros sin rastros,
grillos que enloquecen,
la mirada en el cuello,
alas en el cuarto,
tinieblas resplandecen.
***
La he visto en mis noches sin luz,
ahí, en el rincón de maldiciones,
me mira y se burla de mi carne,
penetra cada fibra, cada espacio,
es un ave negra que te sueña,
yo le temo,
lo sabe, no le importa.
Llega la ausencia de la razón,
el puño abierto, cerrado,
las sombras de la locura.
Ella duerme en el universo húmedo,
donde un arcoíris agobiado de rencores
adormece la luz pálida de las flores,
bajo el frío de este invierno,
vuelven misterios enloquecidos,
silencio de la piel que duerme,
temblores de un corazón perdido,
felicidad ya olvidada,
me invita al infierno,
no quiero subir a la cama,
Ella me espera,
su vestido negro,
Satanás en la mirada.
****
Negra luz de la infancia
delirio de licores,
copa diabólica,
rojo manantial que deseas,
no existe piedad en sus labios
plegarias irracionales,
ese rostro que vi…
allá, en el baño…
aquella noche, ahí cerca,
hace años … hace años...
un recuerdo, nada más.
La sombra me persigue, está ahí,
nadie puede verla,
ahí, ¿la ven?, está ahí
debajo de la cama,
la anciana me llama,
tengo miedo, ahí está,
si te fijas bien en esa sombra,
en el rincón del cuarto,
¿puedes verla?
*****
¡No, no mires debajo de la cama!
se esconde en la oscuridad,
a veces mueve esos trapos,
¿puedes escuchar ese leve movimiento?
¿roedores nocturnos?, ¡por Dios!
a lo mejor se convierte en araña,
la que estaba en el rincón,
la imagen borrosa,
el humo de la hierba,
el fuego del infierno.
- Autor: Gerardo Barbera (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de febrero de 2013 a las 12:34
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 120
- Usuarios favoritos de este poema: claudia07
Comentarios2
Intenso y atrapante poema,llevado de manera excelente de principio a fin,de tal manera que entretiene su lectura hasta el final. Me agradó mucho...de verdad. Un abrazo.
intensas letras amigo uno se cuelga leyendo tan hermosas letras ,abrazos
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