Pinos hambrientos,
envueltos en la bruma de silencio
mientras azota las rocas el delirio
de mares, que suben como labios;
Del tenue ritmo que calienta,
el nectar que el equilibrio
inerte en mi mano inyecta.
Habló, del dia mutilado
cuando la noche se arrodilla,
cuando el infierno se enfría
y la luna, chilla;
De aquellos supervivientes,
que desafió la muerte que jugaron
al azar con los dados de la suerte,
amigo, el camino hace el andar,
el andar, hace el camino,
el destino no es hacía donde me guío,
sí no el mar donde morirá este rio.
- Autor: Alexander Chinaski ( Offline)
- Publicado: 2 de febrero de 2013 a las 20:21
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 30
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