¿ VERDAD, POETA ?

claudio ramirez vasquez

        De la nada, tu poema es una Veta

      que se incuba en el valle de los Andes

      o, en las nubes veleidosas de Antartandes

  donde anidan bellos versos. ¿ VERDAD, POETA.?


             Abracé tu pensamiento de asceta

       y, estaré en las coordenadas donde andes.

          Seré tu esclavo divino o, lo que mandes

           y, orbitaré contigo éste planeta.


           Me entrgué discreto y sin horario

             al abrir la ventana de mi alma

      para que pintes, mi semblanza en tu Diario.


         En tanto, en el remanso de la calma.

           Me pregunto: ¿ Es acaso necesario,

            escribirle un poema a la Palma ?.


                           Claudio



 

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  • Autor: Lucano (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 4 de febrero de 2013 a las 07:22
  • Comentario del autor sobre el poema: HOLA,POETAS: Bonito es penetrar en el pensamiento poético. Es creación, imaginación, flexibilidad, fluidéz. Es entrega total. Es una partícula de nuestro Ser que queda plasmado en un instante de bella eternidad...
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 53
  • Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
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Comentarios +

Comentarios4

  • El Hombre de la Rosa

    Genialidad es escribir un soneto tan hermosamente bello amigo Ca-Yo

  • KASH BAAC

    Bien amigo Claudio, saludos afectuosos

  • ESMERALDA...

    Bonito soneto; en la palma de tu mano llevas las líneas de tu vida marcada y además es tu fiel compañera para escribir lo que llevas en el alma...
    Saludos

  • esthelarez

    Escribirle al escribiente
    está bien porque el que manda
    tiene su esclavo perenne
    que sea amante del amor
    que sea la paz del alma
    se escribe muy bien al que manda
    y también al que obedece
    que ambos interfieren en el
    equilibrio de la mente
    para avanzar en el cosmos
    aunque no importe nuestra
    ínfima participación.
    .
    Mi Maestro, te saludo con respeto y mi venia reverente la ofrezco a tu presencia con mis vanas alegorías que disfrutan mi imprudente intelecto al presentarme a tu presencia con los harapos de un loco que quiere pensar pero se pierde porque las ideas van y vienen en un eterno vaivén como luces intermitentes del más hermoso cielo estrellado.



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