No todos mis escritos son poemas, y no todos mis poemas están registrados. (safeCreative) Por lo tanto, son regalos de mi alma para ti. Úsalos y medítalos sabiamente. Black Lyon
Humo
Me quedé varado en el tiempo,
contemplando el pasar del mismo.
Percibí además, las campanas,
horrísonas e imparciales.
Apareció un mago,
sin rostro, simplemente,
con su indumentaria.
Me señaló, y con el dedo índice,
tocó exactamente el centro de mi frente.
Día y noche, pasaban rápidamente,
mientras aquel ser, me transmitía su poder.
Mareado, enfermo y sin energía me sentí.
Se incendió mi corazón..,
y sin pensar, liberé un gañido de dolor.
Mi piel se empezó a caer,
cual enfermo de lepra.
Mis músculos se comprimían,
y toda la juventud se desvanecía,
ardí, por completo, como estrella
interminable. Quemé todos mis pecados.
Me arrastré hasta la orilla de un río,
quemando todo a mi paso plañidero.
Finalmente, todo yo, todo lo que era, y seré,
dejo de existir, dejando cenizas en la tierra,
que, tenía tiempo de exigir mi poder.
Siendo cenizas, el humo flotaba, donde mi silueta
se podía apreciar con perfección.
De carne, fui cenizas y de cenizas, soy ahora
humo. Humo, que tiene miedo, a la más suave brisa,
pues terminará por disolverme.
Parte de mí, quedó en el fuego, pero sigo existiendo,
parte de mí, quedó en cenizas, que viajaron al agua y
se enterraron en Erebo. Pero sigo existiendo.
Soy ahora humo y no he perdido la razón, a pesar,
de la sevicia ígnea.
Oigo, finalmente el tornado al horizonte,
donde su rostro grita mi nombre.
Aterrorizado, no tengo más que perder,
más que mi apreciada conciencia.
Ya no puedo huír, extiendo mis brazos,
y me enfrento al rey de los aires...
Un simple humo, hijo de Dios, luchando
contra la misma naturaleza en todos sus estados,
todas sus formas. Girando, gritando, volviendo
los recuerdos de la niñez. Ente que no puede
salir de ese vórtice de aire infernal. Cárcel
de aire, que aprisiona mi última instancia.
Pero a diferencia del aire, yo tengo voluntad,
y a mi manera, rogué al creador, me liberara
de mi tormento, le pedí fuerza y no me la concedío.
Le pedí serenidad, y no me la concedío. Le pedí
paciencia y me bendijo entonces. Soñé, mientras
flotaba, y paciente, esperé mi destino.
Murió el tornado, y yo quedé en un lugar desolado,
pero al fin, me sentía tranquilo. Años de no comprender,
de enfrentar problemas que no son más que lo mismo,
cuando en realidad, aún siendo humo, reconocí, aprendí
a tener paciencia y valorar lo que en verdad es digno de
atesorar. Serenidad, fuerza y voluntad, producto de la paciencia,
la experiencia, la comunicación con Dios.
Soy Humo, que poco a poco se desvanece en el viento divino,
en el baile cósmico que prosigue la vida,
y comprendí, que mi muerte y dolor no fueron en vano,
pues de mí, pudo surgir vida. Y de cierta forma,
soy parte de todo aquello, de cierta forma sigo vivo,
de cierta forma soy inmortal.
¡Pronto, hijo mío, pronto!
BL.
- Autor: Sir. Black Lyon (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de febrero de 2013 a las 01:53
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 70
- Usuarios favoritos de este poema: Black Lyon, El Hombre de la Rosa
Comentarios1
UNA BELLA Y HERMOSA GENIALIDAD DE POEMA AMIGO BLACKLLION
SALUDOS DE AMISTAD
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